Teorías del Desarrollo Humano
La psicología del
desarrollo se encarga del estudio del ser humano a lo largo de todas sus etapas
vitales. Estudia cómo se desarrolla la cognición y cómo cambia la conducta
durante el crecimiento. Es una disciplina interesante que aporta multitud de
conocimientos al campo de la psicología aplicada y por ello, para llegar a
comprenderla y no perdernos en el camino, vamos a describir las seis
principales teorías sobre el desarrollo.
Para explicar los
datos con los que contamos en la actualidad, alguno puede haber quedado un
tanto obsoleto. Sin embargo, no es menos cierto que su exposición y comprensión
es fundamental para explicar los avances que se han producido en la psicología
del desarrollo durante las últimas décadas.
El Psicoanálisis
Es una corriente con un padre muy claro: Sigmund Freud. Este
enfoque hace hincapié en los impulsos inconscientes y sus efectos sobre nuestra
conducta. Si bien esta rama pecó de un método poco científico y que sus postulados
carecen del principio de parsimonia, no es menos cierto que ha tenido un gran
impacto en el estudio del desarrollo y que sus teorías supusieron una
revolución respecto a la concepción que se tenía de la infancia y la
adolescencia desde la psicología.
Respecto
al desarrollo, considera que este sucede debido a que el niño necesita
satisfacer una serie de necesidades en cada etapa evolutiva. Por lo tanto,
clasifica el desarrollo en una serie de estadios en función de cómo se
establece la satisfacción de esa serie de necesidades. También el
psicoanálisis, ha hecho un gran hincapié en la importancia de la sexualidad en
todas las etapas de nuestro desarrollo, incluidas las primeras.
Las etapas
evolutivas que postuló Freud son las siguientes:
Etapa Oral: Se
desarrolla en los primeros 18 meses de vida del niño. Según Freud el niño busca
el placer a través de la boca. Esta sería la razón por la que los niños tienen
a morderlo y/o chuparlo todo.
Etapa Anal: Va
desde los 18 meses hasta los 3 años. Lo importante es el control de los
esfínteres. Este control lleva al niño a la sensación de logro e independencia.
Etapa Fálica:
Entre los 3 y los 6 años. La zona de placer serían los genitales. También surge
su curiosidad en las diferencias entre hombres y mujeres. Freud también aseguró
que las niñas sentían envidia de pene y que nunca se resuelve de forma
satisfactoria.
Etapa de Latencia:
Desde los 6 años hasta el comiendo de la pubertad. No hay zona erógena
concreta. La libido no tiene tanta fuerza. El desarrollo del ego y el superego
ayudan a disminuirla. Se dedican más a la interacción social.
Etapa Genital: De
la pubertad en adelante. Se relaciona con los cambios físicos. Las zonas de
placer son los genitales, pero en esta ocasión busca el contacto con otras
personas. Nace el interés hacia el sexo y las relaciones sexuales.
El Conductismo
Corriente que
nació en respuesta a la escasa actitud científica del psicoanálisis. Es
extremadamente positivista, todo aquello que no se pueda medir directamente,
para ellos, queda fuera del estudio de la psicología. Por lo tanto, sólo
estudiaban la relación entre los estímulos percibidos y la conducta manifiesta
que desencadenaban, ignorando cualquier variable intermedia que no se pueda
medir.
Para los
conductistas el desarrollo solo se entiende con los diferentes tipos de
aprendizaje que se consideran en este marco. El niño nace con una serie de
respuestas incondicionadas e innatas, que a través de la experiencia va
asociando a otros estímulos. A través de procesos muy simples va generando
multitud de conductas complejas. El problema de esta teoría sobre el desarrollo
es que puede pecar de ser demasiado reduccionista.
Surge como
reacción al conductismo, y se preocupa por estudiar los procesos internos que
pueden mediar entre un determinado estímulo y una determinada conducta. Aquí es
donde nacen las perspectivas computacionales y conexionistas del cerebro
humano. Hoy en día, la psicología cognitiva es la perspectiva con más apoyo,
especialmente en Europa.
Respecto al estudio del desarrollo, la psicología cognitiva plantea que el sujeto es un elaborador de información que va construyendo representaciones internas de como es el mundo. Su postura se acerca a Piaget y Vigotsky debido a este principio constructivista. Sin embargo, al definir los procesos como asociativos, se aleja de ellos para acercarse más al conductismo.
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